8/4/09

Josep Maria Pou, sube de nuevo al escenario a Concha Velasco



Una de las más veteranas actrices de nuestra televisión, Concha Velasco, vuelve a subirse a un escenario de la mano del director Josep María Pou.
A principios de este año, la actriz abandonaba la serie de televisión española, "Herederos" y a su personaje, Carmen Orozco, para continuar desarrollando nuevos proyectos y desconectar del mundo televisivo.

Precisamente, su proyecto más inmediato pasa por el teatro. El pasado 1 de Abril se estrenaba en el teatro Goya Barcelonés, dando vida a la ex prostituta judía de la versión teatral de La vida por delante, la novela con la que en 1975 Romain Gary ganó el prestigioso premio Goncourt.

Según ha declarado la actriz en algunas entrevistas, "se trata de uno de los proyectos más maravillosos de mi vida". El entusiamo que Concha ha puesto en este proyecto es inmenso, y le ha llevado tiempo prepararse el personaje.
Ha trabajado a fondo el perfil de esta exprostituta judía y superviviente de Auschwitz.

La persona que acompaña a Concha en el escenario es Rubèn de Eguía, encarnando a Momo, que se convierte en el otro gran triunfador de la representación.
La mirada sobre los marginados de este adolescente árabe, que ejerce de narrador de la historia y vive aferrado al cariño de Madame Rosa a la que cuida en sus momentos más críticos, es tan tierna como sobrecogedora, sobre todo cuando se obsesiona por conocer sus orígenes.

Lo que consigue con su magnífico trabajo el joven actor, en el que asimila con sorprendente naturalidad el lenguaje y las expresiones de los inmigrantes, es trasladarnos, al igual que Concha Velasco, al mundo real.




Carles Canut, impecable como el vecino doctor Katz, y José Luis Fernández, en su breve aparición como violento y desquiciado padre del niño, son el contrapunto de una acción que gira sobre los dos personajes principales.

Josep Maria Pou ha sabido extraer la sensibilidad de esta obra sobre el mundo de los marginados, salpicada con toques de fina ironía y llena de ingenuidad y buenos sentimientos.

El racismo, la soledad y la eutanasia aparecen dibujadas en la obra con un trazo firme.
Pero también la tolerancia, expresada con la práctica sobre las relaciones entre judíos y árabes.

Una excelente combinación y reparto de personajes para reflejar un mundo olvidado por muchos.
Durante los próximos meses se podrá disfrutar de esta magnífica representación por numerosas ciudade de España, incluida la capital.

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